En primer lugar reedita grandes éxitos como, por ejemplo, la convocatoria de urgencia del PP de Castellón el año pasado por estas fechas -cuando él era presidente- para reclamar a su otrora hijo político, Alberto Fabra, una mayor inversión para Castellón. Además, pone en evidencia la postura tomada por el actual presidente, Javier Moliner, quien ha apostado por no batallar por más dinero de los presupuestos al asegurar que «sólo se puede pedir lo que el Consell puede pagar», en palabras del vicepresidente Miguel Barrachina.

Así, ayer el ahora secretario general de la Cámara de Castellón dijo estar «preocupado» por la inversión del Consell y del Estado para la provincia -en ambos casos son las aportaciones más bajas de la historia- por encima, incluso, de la previsión de dos millones de euros para el aeropuerto.

Una de las principales actitudes del expresidente del PP en Castellón era que aprovechaba, por ejemplo, cualquier visita de Francisco Camps para recordarle el «déficit histórico» con Castellón. También lo solía hacer frente a los ministros de la era Aznar y de la época de Zapatero, lo que más se recuerdan son las embestidas sobre la inversión destinada, sobre todo en materia de infraestructuras.

Por otro lado, Fabra sabe que el tiempo se echa encima y hay que despejar balones. Ayer, el también presidente de Aerocas aseguraba que todavía no se ha atado ningún contrato para que alguna compañía opere en el aeropuerto de Castellón a mes y medio de que llegue el último plazo dado por él mismo sobre la puesta en marcha del aeropuerto. No obstante, añadía que ahora mismo se está trabajando por lograr los certificados para que la instalación se ponga en marcha a principios del año que viene, echando por tierra los plazos anunciados por el Consell y por él mismo.