Contratarán a 13 agentes de refuerzo para este verano y también incorporarán a cuatro guardias civiles para atajar este fenómeno
Peñíscola ya se está preparando para recibir la gran avalancha de turistas que llegarán a la localidad, primero en el puente del 1 de mayo y después, para la temporada alta. Y con ellos, la invasión de los vendedores del top manta, un problema que se ha acrecentado en los últimos ejercicios y que ha supuesto un auténtico quebradero de cabeza para los cuerpos de seguridad.
Sin ir más lejos, el verano pasado, la policía requisó más de 8.500 artículos entre bolsos, ropa, gafas de sol o películas. Los comerciantes locales siempre se han quejado de la competencia desleal que suponen los manteros y, por este motivo, la policía y la Guardia Civil ya se han puesto en marcha con reuniones semanales de coordinación de los efectivos, tal y como se acordó en la última junta de seguridad con el subdelegado del Gobierno en la provincia, David Barelles.
Uno de los puntos básicos será la contratación de personal complementario. Así, el Ayuntamiento reforzará la plantilla con 13 nuevos agentes, tres más de los que se contrató en el 2012.
El total de profesionales que vigilarán la localidad, que aumenta de manera considerable su población en el estío, será de 52 y el 70% (unos 35-40) de estos se destinará al control del paseo marítimo, donde se concentra la actividad comercial ilegal y donde se incrementa “de manera exponencial el tránsito de personas”, según informaron fuentes municipales a Mediterráneo.
Aparte de incautar artículos o detener a los vendedores, el objetivo de la policía es disuadir a los manteros para evitar que expongan su mercancía al público, aunque las autoridades también quieren alertar y concienciar a los posibles compradores del delito que supone comprar este tipo de productos, que suelen ser falsificaciones de conocidas firmas de moda y complementos.
MÁS IMPLICACIÓN // A los 12 nuevos agentes se sumarán cuatro guardias civiles más, tal y como anunció Barelles en la última reunión con el consistorio.
Y es que, según aseguró en su día el alcalde, Andrés Martínez, la coordinación entre los cuerpos es “fundamental” para atajar este fenómeno. En el municipio incluso se vivieron momentos de tensión hace dos años con agresiones a los policías por parte de los manteros y manifestaciones de los vendedores legales exigiendo una solución. Ante la presión policial, los infractores han ido cambiando de estrategia para evitar ser cazados, como reducir las dimensiones de sus sábanas o las zonas donde se ubicaban. Pero no solo Peñíscola sufre esta invasión, sino que Orpesa o Benicàssim también la padecen
Muy bien, que lo erradiquen en Peñiscola, y que se vengan a Oropesa, mas concretamente a Marina D’or, HAY SITIO PARA MUCHOS MÁS.