La Generalitat afirma que la principal variación es una rebaja del terraplén para no superar la altura de la autopista
J. RUIZ CASTELLÓ
Las correcciones en el trazado del AVE a su paso por la Plana Baixa que reclama la consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig, ya fueron asumidas hace tres años por el Ministerio de Fomento tras las reuniones mantenidas con los municipios. La principal variación que solicita la Generalitat es una rebaja de los terraplenes para que no superen la altura de los de la autopista. El anterior gobierno socialista atendió esta demanda antes de paralizar la ejecución del AVE a Castelló.
La consellera Isabel Bonig se reunió anteayer con el presidente de la Diputación, Javier Moliner, para canalizar las demandas de los municipios por donde discurre el AVE.El objetivo es elevar al Ministerio de Fomento una propuesta que amortigüe el impacto del nuevo corredor ferroviario en las localidades de la Plana Baixa, como Almenara, la Llosa, Moncofa y Xilxes. Fuentes de la Conselleria de Infraestructuras insistieron en que no se trata de cambiar el trazado, sino de variar elementos constructivos. Según señalaron, la principal demanda es una rebaja de los terraplenes por donde discurrirán las vías para no crear otra barrera. El límite de altura lo marcaría la autopista AP-7.
El Ministerio de Fomento ya se comprometió a introducir correcciones para suavizar el trazado ferroviario. En diciembre de 2009, en una comparecencia en la Comisión de Fomento del Senado, el entonces presidente de Adif (la entidad pública encargada de la ejecución de las obras del AVE), Antonio González, detalló la situación del proyecto y las variaciones tras las reuniones mantenidas con los municipios afectados. La más concurrida fue en noviembre de 2009, en la que participaron los ayuntamientos de Almenara, la Llosa, Xilxes, Moncofa, Nules, Burriana, les Alqueries, Vila-eral, Almassora y Castelló.
El presidente de Adif explicó los encuentros con los alcaldes de la Plana Baixa y los “ajustes” introducidos para atender sus demandas. La principal fue la reducción de la altura del terraplén (que oscilará entre 1,5 y 7 metros) dentro de los parámetros que marca el Plan de Acción Territorial del Riesgo de Inundación (Patricova). También asumió la elaboración de un estudio paisajístico que permita reducir su impacto visual y la reposición de los elementos afectados por el trazado. Todo esto quedó paralizado porque el Gobierno desprogramó el AVE Valencia-Castelló por el drástico recorte del gasto público.