El presidente compara la inyección de dinero público en Spanair con la de la base de Castellón «que es mucho menor»
El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, admitió ayer en su visita a Castellón que el aeropuerto sigue sin un gestor después de un mes de búsqueda ya que, ayer se cumplía un mes de la ruptura de las negociaciones entre Concesiones Aeroportuaria y la empresa pública Aerocas.
El jefe del Consell explicaba que se sigue trabajando en la búsqueda de una empresa que se haga cargo de la base de Vilanova, tras la denuncia interpuesta por la concesionaria justamente hace 30 días. De hecho, este periódico se puso en contacto con Aena -a quien desde Aerocas se apuntaba como uno de los posibles gestores- y negó haber recibido un ofrecimiento de la Generalitat Valenciana para gestionar la puesta en marcha de la infraestructura.
Alberto Fabra dijo que no descarta ninguna opción para gestionar el aeropuerto de Castellón, aunque quiere que se ponga en marcha con un proyecto «consolidado en el tiempo que sirva para traer gente a la provincia de Castellón».
Fabra, quien reconoció que existen inversores extranjeros interesados en la compra del aeropuerto, tal y como admitió el presidente de Aerocas, Carlos Fabra, hace quince días, señalaba que todavía no hay ningún avance en cuanto a la gestión, «pues se está negociando y buscando soluciones distintas a las que había hasta este momento».
Cuestionado sobre cuándo abrirá el aeropuerto, Fabra dijo que «si no hay un gestor, difícilmente lo podemos abrir, entonces lo que hay que hacer es buscar la manera más económica para que pueda salir adelante».
Y es que los plazos que hasta el momento se mantenían para que el aeropuerto de Castellón pudiera operar era el mes de abril, como muy tarde, mayo, para que los aviones aterrizaran en la cuestionada infraestructura castellonense. En este sentido, Alberto Fabra se refirió al cierre de la compañía aérea Spanair, «a la que el Gobierno de la Generalitat catalana había dado 150 millones de euros, más de lo que ha costado el aeropuerto de Castellón, para que luego esta empresa acabe cerrando».
Sin embargo, tras la ruptura con Concesiones, las cifras que el Consell debería pagar a la empresa podrían equipararse a la inversión realizada por la Generalitat catalana en el caso de Spainair.
A juicio de Fabra, «el aeropuerto de Castellón, que ha costado menos dinero, va a estar ahí para todos los castellonenses, pues eso no se lo lleva nadie y no se va a perder, es una realidad que queda ahí y que puede ser la puerta de entrada de muchos ingresos vinculados al sector turístico», dijo.
Al respecto, el jefe del Consell indicaba que seguirán trabajando, aunque -explicaba- hay que hacerlo «con mucho sentido común, como nos exige la situación económica en la que estamos en estos momentos», por lo que dijo que la Generalitat va a buscar un buen gestor «que garantice que el uso del aeropuerto sea eficaz y eficiente para que podamos conseguir el mayor número de turistas que den al sector las posibilidades de crecer».
Sobre las ofertas de compra del aeropuerto, explicaba que «no se desecha absolutamente ninguna opción, lo que pasa es que hay muchos que dicen que quieren comprar y que, a la hora de la verdad, no se llega a un acuerdo». «Lo que queremos es que se ponga en marcha con un proyecto consolidado en el tiempo que sirva para traer gente a la provincia de Castellón», añadía.
Relevo
Preguntado sobre si el Consell se plantea algún relevo en la Presidencia de Aerocas, Fabra contestaba que en estos momentos hay muchos temas que les preocupan y que, «dentro de la dificultad económica y de la necesidad de tener que pagar a proveedores y de tomar medidas y ajustes necesarios», esa no es una de las «prioridades» del Gobierno valenciano.
Cabe recordar que ayer se cumplió un mes desde el inicio de la crisis que ha dejado al aeropuerto de Castellón, inaugurado hace casi un año, sin una empresa que gestione la llegada de vuelos. El Consell, el día 30 de diciembre por la tarde remitió un comunicado a los medios de comunicación en el que aseguraba que se rompían las negociaciones para ahorrar y al ser inasumible el coste que suponía la base de Castellón.
Un acuerdo que se alcanzó en marzo de 2011 cuando ya la empresa, Concesiones Aeroportuarias, hizo un amago de marcharse. Al no renovarse la carta de patrocinio, la empresa optó por presentar una demanda por incumplimiento de contrato para recuperar los 80 millones de euros invertidos en la obra, así como el lucro cesante.
Desde ese mismo momento, el futuro del aeropuerto está en el aire puesto que se debe encontrar a una empresa privada que se haga cargo de la infraestructura, pese a que en principio sólo se opta a que lleguen vuelos charter, tal y como confirmaba Alberto Fabra.