Rajoy excluye el trasvase del programa y el portavoz de Medio Ambiente acepta la alternativa de las desaladoras.
J.R./J.M. CASTELLÓ
En menos de una semana, la dirección nacional del PP ha dinamitado el discurso hídrico que mantenían los populares de Castelló en los últimos ocho años.
A principios de septiembre, el presidente provincial del PP, Carlos Fabra, y el de la diputación, Javier Moliner, comparecieron juntos para anunciar una nueva ofensiva a favor del trasvase del Ebro a Castelló. Fabra se felicitó de la resolución del Tribunal Supremo que obliga al Gobierno a contestar a la diputación sobre la petición del trasvase y anunció que seguirán la vía judicial si la respuesta es negativa.
Fabra se mostró convencido de que habrá trasvase del Ebro si Rajoy gobierna. Si no fuera así, señaló, «sería una sorpresa mayúscula». El presidente provincial del PP incidió en que su partido rechaza la opción de las desaladoras, que son «una barbaridad medioambiental», y planteó dejarlas «sin uso» si se logra un trasvase del Ebro.
Un mes y medio después, el PP castellonense ha visto cómo la dirección nacional del partido hace saltar por los aires su discurso hídrico. El presidente Mariano Rajoy anunció hace unos días que el trasvase del Ebro no estará en el programa electoral. Por si quedaba alguna duda, el portavoz de Medio Ambiente del PP, Carlos Floriano, manifestó anteayer que mientras este partido estuvo en el Gobierno le otorgó «absoluta prioridad al trasvase del Ebro» pero añadió que, en la actualidad, hay «unas desaladoras que no se van a achatarrar» porque el PP «no es partidario» de derogar lo que está hecho sino de buscar otras fórmulas.
El presidente de la diputación, Javier Moliner, reiteró ayer la postura de la institución en materia hídrica, es decir, la reclamación de la transferencia de 90 hectómetros del Ebro. «Nuestra primera opción es recuperar el excedente del Ebro que aporta Castelló desde el río Bergantes», señaló Moliner