Con la puesta en marcha de la planta de tratamiento de residuos de Cervera a principios de año, la provincia de Castellón completará el mapa de las basuras que lleva atascado desde hace años por la ineficacia de la Conselleria de Medio Ambiente, con Jorge Lamparero al frente, y del diputado provincial del área, Vicent Aparici. Y precisamente desatascarlo era uno de los objetivos que se marcó Javier Moliner a su llegada a la Diputación, de hecho una de sus primeras decisiones fue asumir la presidencia de los consorcios provinciales de residuos para darle un impulso que ha resultado ser definitivo. Con la de Reciplasa de Onda, la de Algimia de Alfara (Valencia) en funcionamiento –la prevista en la Vall d’Uixó no se hará–, y la de Cervera que estará dando servicio el 2 de enero, se cierra un primer ciclo que ha generado polémicas entre municipios y provincias y enfrentamientos políticos. Ahora se debe abordar con urgencia el tema de la valoración de los residuos como alternativa a los vertidos, o lo que es lo mismo, la incineración. Un sistema utilizado en muchos países pero que aquí provoca cierto rechazo. Por eso, debe haber consenso entre los dos principales partidos (PP y PSPV) para llevarlo a cabo.

El Mediterraneo 23 de Octubre de 2011